El bosque
y matorral mediterráneo o durisilva, es un bioma de bosques y matorrales que
se desarrolla en regiones con clima mediterráneo, caracterizado por inviernos
templados, veranos secos, otoños y primaveras con abundantes precipitaciones,
además de frecuentes incendios forestales a los cuales la
vegetación está adaptada. Está representado por comunidades vegetales
similares adaptadas para soportar el verano árido y se encuentran en cinco
regiones climáticas mediterráneas del mundo:
·
Primariamente
en la cuenca endorreica alrededor del mar Mediterráneo
En todos los casos están situadas en la fachada occidental
de los continentes, hacia los 30º y los 40º (44º en el Mediterráneo). El suelo dominante es el
rojo, el pardo, y la terra rossa relicta.
Características
La vegetación típica es esclerófila y xerófila,
ya que tiene que soportar la aridez estival. La especie dominante es la encina.
El sotobosque es leñoso, espinoso y aromático, con especies como el lentisco,
el aladierno,
numerosas lianas como la zarzaparrilla
y, en los claros, las jaras, el romero y el tomillo.
En el cortejo florístico aparecen especies como el pino carrasco y
el pino piñonero, la sabina,
el madroño, etc. En las zonas más húmedas aparece
el quejigo;
en suelos silíceos aparece el alcornoque.
En la transición con
otras biocenosis pueden
aparecer especies frondosas como matorral,
junto con las xerófilas, en un bosque mixto.
Es muy importante el bosque
galería, en el que aparecen especies frondosas como el chopo o
el olmo,
que encontramos en los márgenes de los ríos, lagos y lagunas.
El fuego juega un papel
importante en la dinámica de estos bosques y, por ello, las especies que lo
componen han desarrollado numerosos mecanismos para adaptarse a los incendios.
Así, por ejemplo, los alcornoques presentan cortezas muy gruesas para
protegerse; encinas y robles melojos presentan una gran
capacidad rebrotadora; y las jaras forman semillas que
germinan más fácilmente cuando se ven sometidas a altas temperaturas.
Los bosques mediterráneos
son en su mayor parte perennifolios, aunque también hay especies marcescentes,
es decir, que presentan hojas caducas pero que permanecen en el árbol hasta la
siguiente primavera, para proteger las yemas de las nuevas hojas. Las hojas de
los árboles están cubiertas de cera para reducir la pérdida de humedad en los
meses cálidos. En general, estos bosques presentan un número relativamente poco
variado de especies en el dosel arbóreo.
El país mediterráneo ha
estado poblado desde muy antiguamente, y la intervención humana en la biocenosis
ha sido decisiva para formar el paisaje y el medio. El bosque se degrada en garriga,
dominada por la coscoja, maquia y estepa mediterránea,
dependiendo de la importancia de la degradación. En la península Ibérica existe
un tipo de aclarado del bosque mediterráneo conocido como dehesa.
El ecosistema de bosque
mediterráneo es muy sensible a la desertificación si se destruye su cubierta
vegetal. Las lluvias torrenciales arrastran el suelo con facilidad y se
erosiona con gran rapidez.
Origen y evolución del
bosque mediterráneo
Origen
El origen de la región mediterránea se encuentra en
los márgenes de un antiguo océano mesozoico,
el Mar de Tetis,
que separaba los primitivos continentes de Laurasia
y Gondwana (África de Europa). Este sufrió importantes
modificaciones sobre todo durante la orogenia alpina, que se extiende desde el
Cretácico Medio (100 Ma) hasta finales del Mioceno (7 Ma). Ya en el Cenozoico,
durante el Paleoceno-Eoceno (65-38 Ma), nos encontramos ante un
ambiente cálido, forestal y húmedo en el continente europeo. A finales del Oligoceno (35-23 Ma), se observa un descenso de
temperaturas y precipitaciones, instalándose definitivamente las condiciones de
alta presión que condicionan la disponibilidad de agua tan característica de la
región mediterránea.
Evolución
Los acontecimientos más importantes que han
condicionado la evolución de la vegetación mediterránea han sido: Contacto entre Norteamérica y Eurasia,
que se prolonga desde el Mesozoico hasta finales del Paleoceno (60 Ma).
Esto explica claramente la similitud que podemos
encontrar entre muchas especies de California,
por ejemplo, y del Mediterráneo europeo,
como Acer, Alnus, Arbutus, Clematis, Crataegus, Berberis,Helianthemum, Cupressus, Fraxinus, Juniperus, Lonicera, Prunus, Rhamnus, Rosa, Rubus, Smilax,Lavatera, Salvia, Viburnum, Vitis, Pinus.
El mioceno fue un periodo bastante particular en
cuanto a configuración espacial se refiere.
Podíamos encontrarnos con zonas emergidas, mares
salpicados de pequeñas islas, lo que llevó al aislamiento y formación por tanto
de nuevas especies. Cabe mencionar que durante el Mesiniense
(6,7-5,2 Ma) tuvo lugar un fenómeno de extrema aridez que transformó el
Mediterráneo en un área de marjales, invadidos por xerófilos y halófilos.
Hoy día parece haber suficientes estudios que hacen
pensar que el paisaje del Mioceno es más complejo de lo que se creía,
con bosques húmedos y tropicales en el sur de Europa y el Norte de África.
A finales del Terciario,
en el Plioceno,
tuvieron lugar importantes crisis climáticas de cierta periodicidad, que
asentaron las condiciones de aridez y enfriamiento, todo ello condicionado por
la apertura del Estrecho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario